Procure que su espacio de trabajo esté organizado de forma que usted no tenga que tensar el cuello ni forzar la vista.

Asegúrese de que la graduación de sus anteojos esté actualizada y sea apropiada para el trabajo que usted hace.

Aprenda técnicas de relajación y reducción del estrés emocional, tales como la respiración profunda, la relajación progresiva, el yoga, la meditación y la biorretroalimentación (“biofeedback”).

Siga un programa de ejercicios regulares supervisado por un médico para aumentar la flexibilidad, la fuerza y la relajación del cuello y de la espalda.

Aplíquese calor húmedo para relajar los músculos. Tome un baño caliente en tina o envuélvase una toalla húmeda y caliente alrededor del cuello.

Cepíllese el cuero cabelludo suavemente con un cepillo de cerdas suaves.

Dese un masaje. Masajee los músculos que van desde los hombros hasta la parte posterior del cráneo.

Use una compresa de hielo. Aplíquela directamente en el lugar que esté adolorido.

Descanse. El dormir frecuentemente ayuda a aliviar el dolor de cabeza.

Beba mucho líquido. La deshidratación es otro de los desencadenantes del dolor de cabeza. No beba alcohol, ya que esto empeorará la deshidratación.

Tome analgésicos sin abusar para aliviar el dolor de moderado a fuerte.