Cuando su hijo tiene una fractura: Tratamiento con fijación externa
Cuando el hueso de su hijo se rompe (fractura), es posible que los extremos rotos del hueso deban mantenerse unidos para que el hueso pueda curarse. La fijación externa es un método para sostener el hueso fracturado de forma segura en su lugar. A menudo no es necesaria para los huesos rotos en los niños. Pero podría ser necesaria para fracturas más graves que son difíciles de tratar con otros métodos. La fijación externa se coloca durante una cirugía. Un cirujano ortopédico (un cirujano que se especializa en problemas óseos y articulares) realizará el procedimiento. El cirujano puede explicarle el procedimiento y responder sus preguntas.
¿Qué es la fijación externa?
Durante la cirugía de fijación externa, se colocan clavos o tornillos de metal en el hueso a cada lado de la fractura. Los clavos atraviesan la piel. Luego, se fija una varilla o barra de metal (fijador) a los clavos fuera del cuerpo. La fijación mantiene el hueso en la mejor posición para la cicatrización. Cuando el hueso se ha curado lo suficiente como para mantenerse unido, se retira el fijador.
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La fijación externa consiste en clavos colocados dentro del hueso y una barra en el exterior del cuerpo para mantener unido el hueso fracturado mientras se cura. |
¿Cómo se coloca la fijación externa?
La cirugía para colocar el fijador se realiza en el hospital. A continuación, se presenta una descripción general de lo que debe esperar:
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Su hijo recibirá anestesia general. Es un medicamento que mantiene a su hijo libre de dolor y le permite dormir durante el procedimiento.
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Los extremos del hueso fracturado se vuelven a alinear. Esto se denomina reducción.
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Se realizan pequeñas incisiones en la piel a cada lado de la fractura. Se colocan clavos o tornillos de metal en el hueso a cada lado de la fractura a través de estas incisiones.
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Se fija una barra (fijador) a los clavos en los extremos que se encuentran fuera del cuerpo.
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Su hijo puede permanecer en el hospital unos días después de la cirugía. Antes de que su hijo abandone el hospital, se le enseñará cómo cuidar a su hijo en su casa.
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Si el hueso fracturado se encuentra en la pierna, es posible que se le indique a su hijo que no ponga todo su peso sobre ese pie. Esto significa que se pueden usar muletas o un andador como ayuda para caminar.
¿Cuándo se retira el fijador?
La cicatrización de la fractura generalmente lleva algunos meses. Cuando el cirujano determina que la fractura se ha curado, se retira el fijador. Esto a menudo se realiza como un procedimiento quirúrgico ambulatorio.
¿Cuáles son los riesgos y las posibles complicaciones de la fijación externa?
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Infección en el lugar de la piel que atraviesan los clavos (frecuente).
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Falla de la cicatrización ósea.
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Nueva fractura del hueso después de retirar el fijador.
¿Cómo cuido el fijador externo?
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Siga las instrucciones que le den para cuidar a su hijo.
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No permita que su hijo o los hermanos o amigos de su hijo toquen o jueguen con la barra o los clavos.
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Limpie con cuidado alrededor de los clavos. Esté atento a signos de infección (dolor, hinchazón, enrojecimiento, pus o líquido blanco, calor alrededor de los clavos, fiebre o escalofríos).
Cuándo llamar al proveedor de atención médica
Llame al proveedor de atención médica o busque atención médica de inmediato si su hijo tiene alguno de estos síntomas mientras el fijador está en su lugar o después de que se retire:
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Fiebre (consulte “Fiebre y niños”, a continuación).
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Escalofríos.
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Somnolencia inusual o mucha irritabilidad.
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Una convulsión.
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Calor, enrojecimiento, hinchazón o supuración de la piel alrededor de los clavos.
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Aumento del dolor.
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Hormigueo, entumecimiento o hinchazón de la pierna.
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Problemas con el fijador.
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Después de retirar el fijador, incapacidad de colocar peso sobre la pierna lesionada.
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Cualquier secreción que atraviese la piel o salga del extremo del clavo.
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Ampollas.
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Disminución de la capacidad de mover la extremidad más allá del clavo.
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Olor desagradable que sale del clavo o de la incisión en la piel.
Fiebre y niños
Use un termómetro digital para controlar la temperatura de su hijo. No utilice un termómetro de mercurio. Existen diferentes tipos y usos de termómetros digitales. Incluyen:
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Termómetro rectal. Para los niños menores de 3 años, la temperatura rectal es la más precisa.
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Termómetro de frente (temporal). Este funciona para niños a partir de los 3 meses de edad. Si un niño menor de 3 meses tiene signos de enfermedad, puede utilizarse como primer paso. Es posible que el proveedor de atención médica desee confirmar con un termómetro rectal.
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Termómetro de oído (timpánico). Las temperaturas de los oídos son precisas después de los 6 meses de edad, pero no antes.
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Termómetro axilar. Este es el menos confiable, pero puede usarse para un primer paso para controlar a un niño de cualquier edad con signos de enfermedad. Es posible que el proveedor desee confirmar con un termómetro rectal.
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Termómetro de boca (oral). No use un termómetro en la boca de su hijo hasta que este tenga al menos 4 años.
Use el termómetro rectal con cuidado. Siga las instrucciones del fabricante del producto para el uso correcto. Insértelo suavemente. Etiquételo y asegúrese de que no se use en la boca. Puede transmitir gérmenes de las heces. Si no se siente cómodo usando un termómetro rectal, pregunte al proveedor de atención médica qué tipo usar. Cuando hable con un proveedor de atención médica sobre la fiebre de su hijo, dígale qué tipo de termómetro usó.
A continuación, se presentan pautas para saber si su hijo pequeño tiene fiebre. El proveedor de atención médica de su hijo puede darle números diferentes para su hijo. Siga las instrucciones específicas de su proveedor.
Lecturas de fiebre para un bebé menor de 3 meses:
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Primero, pregúntele al proveedor de atención médica de su hijo cómo debe tomarle la temperatura.
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Termómetro rectal o de frente: 100,4 °F (38 °C) o más
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Termómetro axilar: 99 °F (37,2 °C) o más
Lecturas de fiebre para un niño de 3 meses a 36 meses (3 años):
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Termómetro rectal, de frente o de oído: 102 °F (38,9 °C) o más
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Termómetro axilar: 101 °F (38,3 °C) o más
Llame al proveedor de atención médica en estos casos:
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Temperatura reiterada de 104 °F (40 °C) o más en un niño de cualquier edad.
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Fiebre de 100,4 °F (38 °C) o más en bebés menores de 3 meses.
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Fiebre que dura más de 24 horas en un niño menor de 2 años.
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Fiebre que dura 3 días en un niño de 2 años o más.
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